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Destinos de Montaña
Destinos de Montaña

La villa cordillerana más importante de Las Heras se encuentra a 120 km. de la Ciudad de Mendoza.

Por RN 7, se encuentra un oasis de montaña alimentado por los arroyos Uspallata y San Alberto. Su generoso paisaje y geografía permiten variadas actividades todo el año y para toda la familia.

Se pueden conocer atractivos culturales, arqueológicos, históricos y naturales, como el museo Las Bóvedas, el Cerro Siete Colores sobre Ruta 13, el Cerro Tunduqueral en San Alberto, las ruinas de Paramillos o el Parque de las Artes de Marañón; como también realizar cabalgatas, senderismo, astroturismo, avistaje de aves, rafting, kayak y mountain bike.

Las ruinas de las antiguas minas de Paramillos de Uspallata (de plata, plomo y zinc) materializan un patrimonio industrial histórico único que fue iniciado por los incas, intensificado durante la colonia por los jesuitas y luego por argentinos. Estas minas son consideradas la primera explotación minera de la República Argentina y una de las más antiguas e importantes del Virreinato del Río de La Plata.
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Charles Darwin y el bosque petrificado

La primera descripción geológica del área conocida como «Agua de la Zorra» en Paramillos de Uspallata, fue la realizada detalladamente por Charles Darwin en 1835, documentada primero en sus diarios y luego en “El viaje del Beagle, observaciones geológicas en Sudamérica” (1846). El científico interpretó la secuencia geológica que aflora en esta área como de origen sedimentario y volcánico. La región de Paramillos de Uspallata concentra la mayor población de bosques fósiles de la Argentina, los que se formaron hace aproximadamente 240 millones de años.

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Las Bóvedas de Uspallata

Las Bóvedas fueron emplazadas estratégicamente, en el Camino Real del Oeste o de Uspallata, entre las minas y la Capitanía General de Chile. Desde acá partía la plata (Ag) y en menor cantidad el oro (Au) en lomo de mula, con destino a la Casa de la Moneda en Chile. Una vez allí, se acuñaban los doblones de oro y reales de plata manualmente, a percusión de martillo y prensa. Volvían a Mendoza, donde se traspasaba la carga de los mulares a los carros tirados por bueyes, siguiendo el viaje a Buenos Aires, desde donde partía en carabelas o galeones, hasta su destino final: las arcas reales españolas. En 1817, Las Bóvedas fueron asignadas por el general San Martín para servir de oficinas y almacenes durante la Campaña Libertadora. Hoy funciona un pequeño museo histórico.